Yo tengo un ángel oculto
que, trepando por las palabras,
se asoma intrépido
al gran vacío de su ausencia.
Devora mis estaciones
como el tiempo inagotable
de la desdicha
y se filtra, entre festivos mensajes,
para turbar la razón
agazapado sobre mis cóncavos hombros.
Pero nada es mi carne, mi sangre,
nada es la vida,
nada los sueños ni el amor
sin este alado huésped
en mis versos, en mis verbos.
Mil besos para todos los amigos blogueros!!
ResponderEliminarQue nunca se aparte de ti ese alado huésped, ese que te marca caminos por el mundo de los sueños.
ResponderEliminarBesos,
Merche, ese ángel que te inspira te impulsa a sobrevolar la realidad y a ensayar el vuelo del espíritu...Las letras nos ayudan a todos a crear y recrear la vida, darle matices humanos y mágicos para hacerla más llevadera...Ojalá la fuerza de la poesía logre poco a poco cambiar nuestro mundo , al menos lo intentaremos, elevando nuestros versos al universo...Mi felicitación y mi abrazo por la belleza y profundidad de tus letras.
ResponderEliminarM.Jesús
Es bueno que certifiques su vital presencia para tu continuidad y la de tus versos, sucesos, vida...
ResponderEliminarSiempre genial, Merche.
Besos.
Merche ¡¡¡sublime!!! Al límite de la perfección. Y esa versión del Adagio que acompaña potencia la belleza de la composición. Una delicia para el oido y para el alma. Graciaaaaas y bsssssssssssss.
ResponderEliminarYo seré tu ángel oculto
ResponderEliminartu alado huésped.
Caminando entre palabras
buscaré el asidero de tu alma.
Impasible treparé
las escaleras del tiempo.
Y al final de mis días
te encontraré,
después de tantos versos
de tantos verbos
que derritieron la distancia.