Voy hacia el viento,
viro hacia él
y lo encuentro besando mi rostro,
alojándose en mi piel
que se inflama,
jugando a echar un
pulso
con la rebeldía de mis
arrebatados mechones.
Así lo reclamo:
intrépido, lozano…en
tránsito.
Desplegando las armas
precisas
proyecto,
en voluptuosa mirada,
mi aura de fuego
que, indecentemente,
indisciplinadamente,
se forja ímpetu,
se finge carencia,
precipitándose
en líquido humo de
amor.
El viento y mi piel
son amantes prohibidos
que no pueden obviarse…
…viro hacia él
y lo encuentro besando mi rostro.