sábado, 30 de abril de 2011

A mi querida existencia



A mi querida existencia
En el punto donde el juicio o la insensatez
Distribuyen magnánimas el porte de reina,
De erudita, de soñadora enfermiza;
En la cima del cerro que, gemebundo,
Se desliza  por el cielo hacia un crepúsculo bermellón;
En el ensueño de haberlo tenido,
De tenerlo todavía sosteniendo mis desgarros,
Abriendo el telón de los años y pasando dentro dulce,
En tenue caricia,
En el eterno retorno de cascadas cuajadas de un hielo azul,
De diamantes manchados de polvo y amapola.
A mi querida existencia
Que salta gozosa entre el pálpito de un junio joven,
Vital, estival, enardecido por su mano caliente
Y un enero marchito en su ausencia;
A mi querida existencia
Que se prepara, instigada por agoreros vientos,
Para batallas que van naciendo en el seno de todas las familias;
Que se reduce a fuego lento
Colmando de almíbar a los hijos del deseo
Y se mece despacio,
Se deja llevar en un rítmico cerrar de ojos
Por el sueño de una luna enamorada – escándalo de ideas
Saturadas de crisálidas que aplauden y no crecen-
A mi querida existencia
Por haberme soportado hasta hoy,
Hasta este instante demoníaco
Y de sobrenatural vena profusa;
Por pararse a mirar lo andado
A sumar lo ganado,
A llorar tanta pérdida desafortunada
Que agranda mi ojera
Impregnando navíos al mar de mi rostro
En dibujo de infante pulcro y educado;
Por frotar mi gozo en una estrella;
Por hacer de mi pulso tormenta embravecida y arrogante
Ante su pecho, ante su vientre,
Y volcar mi humor salado
Sobre todos los álamos de esta ribera.
A mi querida existencia,
Sin adornos,
Sin máscaras ni pretextos
Le rindo homenaje y respeto
Estremeciéndome en mí misma,
Hurgando en el claro de este meollo de paranoia,
Restituyendo el aliento con aroma de almendra dulce.

jueves, 28 de abril de 2011

¿Quién eres tú?



¿Quién eres tu, lindeza, a pedazos de frenesí cortada,
para ampararte, para dotar de estela, bandera y corona
a este ágape del abatimiento?
¿Quién eres y a quién esperas
si pasados los cuarenta, ladrones,
ya nos vamos deshilando, desconchando, amarilleando, entumeciendo?
¿Quién eres? ¿O quiénes somos?

Somos el despertar,
La aurora en su pelo limpio de larvas,
Limpio de lo sucio, limpio de lo impuro,
Limpio de muerte.
Somos leonera caliente, esperanza,
Con truco, discontinua, esperanza;
Somos el ancho del borde donde aguarda sin caerse,
Sin doblarse,
Mientras habla con el sol, con el cielo,
Con el rocío cristalino de la hoja del abedul.
No somos carne;
No somos sangre ni linfa que drena;
No somos ojos que miran, pero vemos;
No somos corpúsculos, ni pueden rozar nuestra epidermis.
Somos existencia, somos luz,
Somos regazo, cuna para su descanso...

lunes, 25 de abril de 2011

Como la hebra de plata



Se desenreda,
Como la hebra de plata
Que nace en la nuca del tiempo,
Al pasar mis dedos
Entre tibiezas, mi corazón.
Y en la línea infranqueable del ya pasó,
Del no volver, del no pudo ser,
Se me escapa la vida
Atravesada por tu espada fría de ultratumba.

viernes, 22 de abril de 2011

Me resumo



Me resumo llamándome ida,
Siempre de mundo en mundo,
Saltando,
Pompa de efervescencia nutrida de cuento.
Me resumo de modo fácil, sin aderezos,
Traspapelada en mi caótico desorden
Y con la ansiedad extrema
En la tinta de mis versos,
Y en el colmo de mi espíritu,
Y en el arrebato anárquico
Que vulnera mi romántica fiebre.
Me resumo entre pocos amigos,
Entre muchos conocidos
Que se complacen cuando aparezco;
Entre amores perdidos que ya no hablan
Y entre otros que nunca van a callarse.
Me resumo abrazando a mi madre
Y a mis hijos,
Ofreciendo mi piel a sus urgencias.
Me resumo mientras miro hacia dentro
Y contemplo el lago salado de lágrimas
Que pugnaron por salir y tragué demasiado deprisa;
Mientras miro hacia fuera, tan adentro,
Que alcanzo en vistazo profundo
 Hasta la zona sólida
De un núcleo incandescente para mí.

miércoles, 20 de abril de 2011

De la mano del sueño


De la mano del sueño circulo segura
Desapareciendo entre sus pliegues,
Manchándome de huella y esencia de piel.
Es la ley del embudo en la casta botella
Que se llena, se rellena
Del delirio de una famélica tarde
Ante la sed de una cita.
Perdida…
Vuelve a asomar el borde de un corazón de alambre
Y me agarro con urgencia,
Indispensable flor insensata del carajo,
Tábano del descanso de ser yo.
Me hallo perdida…pero segura,
De la mano del sueño circulo segura.
Soy higuera que sigue creciendo desmesurada
A la orilla de una acequia redentora
Y va nutriendo los campos cuarteados
Por un astro abrasador que no conoce la cordura. 

sábado, 16 de abril de 2011

Me cuesta


Me cuesta portar el hato de trigo a la espalda,
Y mirar como los cirros pasean sus largas colas,
Y me cuesta estar sola,
Y pensar en mañana,
Y más, en pasado mañana,
Y, como me cuesta, agostar las sombras...
 Y querer,
 Y tomar la sopa caliente del plato,
Y escuchar el son del otoño,
Y aún, del despojo del verano.

Me cuesta recordar los cipreses cantarines,
Y abrumarme con insaciables gusanos de odio,
Y estrechar su ilusorio pecho,
Y cantar ahora que no hay música,
Y abrir los ojos cuando el sol inunda mis pestañas.

Me cuesta no ver el mar
Y no respirar el salitre de su boca,
Ni de su prolongado cuello empapado de destino.
Me cuesta vivir, costilla ignorante,
Sin el recio anclaje de su cuerpo. 


jueves, 14 de abril de 2011

Te ríes, río



Te ríes río
Porque te sabes permanente.
Mojaste las rodillas de tantos entes dispares en el tiempo,
Te llevaste algunos de los últimos suspiros
Estallando cruel en los pulmones derrotados
Y en las finiquitadas miradas de otros humanos
Que yacieron contigo, jubilosamente tuyos.
Te ríes río
Y me miras condescendiente,
Con el afán de marcharte, como siempre lo haces.
Vienes de la fuente vieja,
De seducir a la alondra de Dupont y al águila real,
Y tal vez, cabalgues encima de nubes grises
Antes de que mi alma temporal agonice.
Tal vez la estrella se condense contigo
En una unión perfecta
Y rocíes de nuevo mi cara con finas gotas de lluvia irisada.
Tal vez vuelva tan solo uno de tus cristales mojados
A retomar el caudal en su origen,
O tal vez no.
Mi vuelo es el rico que quiere entrar en el Reino de los Cielos,
Tu regreso, el camello atascado en el ojo de la aguja,
Ambos imposibles,
O tal vez no.
Te ríes río
Porque te sabes permanente
Aún con otra sangre vibrando
En chocolateada legión de hidrógeno, polvo, tierra…barro.
Y me miras condescendiente.