martes, 3 de julio de 2018

MIS CÁNDIDAS LUNAS



Te espero esta noche
en la lumbre de mi lecho
agitando
rubores y flamas,
satén de sábanas,
y el visual oleaje de mis labios.
Huele a caricias este aire
viciado de piel,
de inflamados versos sin leyenda,
de neolítico instinto,
si dióxidos de amor carbónico
gimen placeres cuando me rozas.
Porque tiene mi vientre
el hueco exacto de tu huella,
nube dactilar
que excita mis cándidas lunas
en pecado concebidas.
Y con ese insólito embrujo
de fuegos y de aromas,
en el enclave de una mañana,
podrá llegar la aurora untada de tus ojos.
Y bucearemos, yuxtapuestos,
por la nívea pócima de tu deleite. 

M/M

miércoles, 7 de marzo de 2018

El río de la edad que me fluye






El río de la edad que me fluye

avanza exquisito

entre mansedumbres de piel.

Ahora,

 pretende pertinaz

el roce breve de un escrúpulo

en erosión intermitente,

un desgaste lento que me inste a palidecer.

Discurre anárquico

por el irracional cauce de mi hipocampo

hasta ocultarse ladino y diestro

 en un meandro de designio.

Nadie detiene su fuerza

ni se inspira con su tonada.

Nadie se atreve a mirar

el inmenso brío de su inundación.

El río de la edad que me fluye

llena de ensueños mi caudal

y, en ansiedad inmortal,

sitúa su quera en mis orillas más hambrientas.

 

M/M