viernes, 15 de febrero de 2013

Mi granero




Por guarecer mis sueños
del trance de la vigilia
construí un granero.
Allí, hiberna cualquier instante
desertor de insípida realidad
y se prodigan estampas
de limbo y letras.
Vuelan plumas, plumas azules
que confunden el viento de mi frente
y, en acompasada respiración,
invoco al mar, a la entraña,
al recuerdo y a tanta rosa brotando
del zarzal de una utopía.
Allí, en mi granero,
la vida me sale al paso
y, a mi antojo,  la disfrazo.



miércoles, 6 de febrero de 2013

Ese dios íntimo






Ese dios íntimo
que me recorre indivisiblemente
y llena el hueco de mi incertidumbre
está mirándome de soslayo.
Me dibuja en sus ojos sin pupila
y sé que desea rescatarme.
Pero yo ya he naufragado
en el mar de mi perplejidad,
                                           he dejado que las olas me venzan         
y hagan de mí su presa hundida,
encallada
en un profundo y acuoso ecosistema.
Mil tentáculos
quieren aferrarse a mi armazón
en la terrible inconsciencia
de que jamás volveré a emerger.
Hasta ese dios íntimo,
que es mío tan solo,
canta su despedida, resignadamente,
en mi oído.