viernes, 19 de agosto de 2011

El aire de tu boca



¡Cómo se encierra el aire de tu boca
con la marisma en noctámbulo remolino!
A sal y nube huele la mirada invitadora
de brillos dorados espesada.
Y en un navegar pausado, incitador a la lírica,
vas llegando.
¡Como se encierra el aire de tu boca
con la rocosa montaña de nieves perpetuada!
¡Como vibran tus manos
al son de un sainete de hielo y musgo!
Y en vuelo de ángeles sobre las cumbres
distingo tu rostro.
¡Como se encierra el aire de tu boca
con los maltrechos campos de vides y sarmientos!
Dejaste colgada una escalera
para bajar desde el roto del cielo.
Y en ese caminar, 
en ir y devenir a torpes tropezones,
percibo tu presencia.



martes, 16 de agosto de 2011

Mis historias




En un lecho de ingenuidad
rebosan mis historias.
Historias de héroes, de princesas.
historias de marionetas donde late
el magnánimo, la cuna del sueño.
Si dejo caer la pluma
se instala la tarde, afanosa y pesada,
en el hueco de mi pecho.
Por eso sigo pintando flores en el pelo,
flores de letras pistiladas
y casas de muñecas con olor a goma y jazmín.
Por eso busco en mi almohada tus labios
y dejo que renazca, todos los días del mundo
el mismo espejismo acompasado,
la misma candidez
que los años no han podido revocar.






sábado, 13 de agosto de 2011

El dolor del que ha criado ortigas



Nos mira y gime porque no le comprendemos.
No hay suficientes silencios,
no hay suficientes cantos.
Dejamos pasar un holocausto de valores,
sin tregua.
Gime porque, aún dándonos todas las claves,
no hemos sabido resolver el enigma.
Gime con el claro, con la tormenta,
cuando recoge la amapola pisoteada del camino,
cuando los buitres, a la espera, se relamen golosos.
Gime en consecuencia,
con el dolor del que ha criado ortigas
al pretender alumbrar mariposas sin alas, con alas…
Nos mira y gime
porque golpeamos su entendimiento,
porque le obligamos a cerrar los ojos,
porque solo cabe esperar la lluvia de nuevo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Las calles mojadas de mi pueblo



Las calles mojadas
devuelven su cristalina imagen
brillante, oscura, escurridiza.
Las calles mojadas
son espejo de cielo y tejados,
de trivialidad y viento calmado.
Las calles mojadas
recogen pasos veloces,
salpican de barro desnudos tobillos
y absorben el calor de nuestros cuerpos, aún dormidos.
Almenas mojadas, naipes ficticios
de filmoteca dorada,
en lluvia púrpura descosida.
 Arcilla mojada, empapada,
suelo poroso que reconduce
líquidos celestes
al interior de su tierra.
Bendita humedad que pinta frescos
en el alma del planeta
y en las calles de mi pueblo,
de cualquier pueblo.


lunes, 8 de agosto de 2011

Vanidad




Pintura de Fernando Carnicero

viernes, 5 de agosto de 2011

Se quedó sin vivir


  Se quedó sin vivir este amor
Abortado, no nato,
Embrión de dulces caricias
Y de besos afortunados.
Cayó en el frío de la confusión
Y se esfumó cual gaviota traslúcida
En un horizonte apagado y convulso.
Madeja de sueños desparramada
En una rueca desvencijada, desvivida,
Que ya sólo puede callar en su rincón.



martes, 2 de agosto de 2011

El genio que late



A la deriva se halla;
Entre mareas que suben, que bajan, que remolonean
Dando tumbos en un onírico entresijo de emociones;
Enraizando, como las venas al corazón;
Enramando, como la higuera de mi patio
Al cielo quejumbroso.
Se rebela y, él solo, único, se apaciguará al refresco
Enroscándose sereno en una tarde sin ángeles;
Concepción de lo infinito cuando lo miro,
Cuando lo siento, cuando lo cubro de cuento.
Amalgama de la cordura y de la vida plena;

A la deriva se halla.
Y se mece,
Y salpica de injertos mi atalaya.
El muro de mi lamentación se derrumba
Porque lo sueño vivo, entre la pulpa amanciadora de una naranja,
En la menta de unos labios,
En la humedad de la lágrima que sala mi rostro al derramarse.
Y se vierte en si mismo,
Se goza, se arría, y se estrangula
Aun latiendo palpitante.