¡Cómo se encierra el aire de tu boca
con la marisma en noctámbulo remolino!
A sal y nube huele la mirada invitadora
de brillos dorados espesada.
Y en un navegar pausado, incitador a la lírica,
vas llegando.
¡Como se encierra el aire de tu boca
con la rocosa montaña de nieves perpetuada!
¡Como vibran tus manos
al son de un sainete de hielo y musgo!
Y en vuelo de ángeles sobre las cumbres
distingo tu rostro.
¡Como se encierra el aire de tu boca
con los maltrechos campos de vides y sarmientos!
Dejaste colgada una escalera
para bajar desde el roto del cielo.
Y en ese caminar,
en ir y devenir a torpes tropezones,
en ir y devenir a torpes tropezones,
percibo tu presencia.