Se pierden en exabruptos
las edades del año
y una tormenta amenaza
con instalar otoños
despojantes de sueños.
Llega con urgencia la aniquilación
y el ímpetu devastador de estrellas,
de cálidos amaneceres.
El hambre se alía
con un estrépito de osada insurrección.
¡Y llueven golpes
a punta de porra!
La ventisca de la desolación
se condensa
tras un cristal de agreste corrupción
con el versado beneplácito del sistema.
Me gusta, la poesía, también, debe ser critica.
ResponderEliminarCaray Merche,qué manera tan sublime de deshilvanar lo que nos acontece.
ResponderEliminarMi aplauso.
Y mis besos!
:)
Apareces de tarde en tarde pero de qué de forma...
ResponderEliminarLa ventisca de la desolación
se condensa
tras un cristal de agreste corrupción
con el versado beneplácito del sistema.
Todo el poema en sí es excepcional pero la frase final lo resume todo.
Un abrazo
Tu profundo poema es un alegato, un grito de protesta.
ResponderEliminarEs un gusto cada vez que escribes, lo haces con el alma
Mil besos querida Merche.
Merche se respira asco por el sistema establecido y estoy contigo, los políticos, sus mamandurrias, sus corrupciones y corruptelas junto con los sindicatos que también viven de lo mismo + una justicia distinta para ellos hace que estemos hastiados del sistema.
ResponderEliminarUn cálido abrazo,
Creo que fue un filósofo griego el que escribió que no hay nada que hacer cuando los honrados son objeto de burla y a los perversos se les admira. A ese punto parecen encaminarse las edades del año, de estos años... Pero tu poema es un muy justo y necesario contrapunto. Felicidades, Merche.
ResponderEliminar¡Paren el mundo, que me bajo! A veces dan ganas de gritar o salir corriendo, ¿pero aónde, Dios mío, si todo está contaminado? Solo la palabra salva, Merche.
ResponderEliminarBesos
Qué bueno que con la llegada del verano nuestra musa ha activado su pluma social. ¡¡¡Ojala se acaben los golpes y llegue una esplendorosa primavera!!! Aunque sea en el proximo julio.
ResponderEliminarCuando el guardián de la noche enciende la luz de luna, el refulgente sol se nos oculta para alimentar otras tierras, otras vidas. La noche luminosa recupera entonces las pasiones del atardecer y bajo el espeso manto del silencio crece la vida. Las campanas de la vieja torre aguardan ansiosas la explosión de su latido, quieren romper el sigilo de apresurados pasos que doblan la esquina del angosto callejón.
ResponderEliminarSiempre hay una luz! Hay que mandar energía positiva para que nos venga más de lo mismo.
ResponderEliminarFeliz verano, besotes muchos!