Soy ese pájaro blanco
que habita en arrítmicos pálpitos
pugnando por escapar
de tu cruel pico de ave ciega.
Un pájaro dulce y minúsculo
que desarma tus vientos y tus ansias de esplendor
en cada verso,
en cada impresión.
No teme tus lances,
ni siquiera tiembla ante tus arrugas;
tan solo
quiere…, quiero…,
una fuga, un escape, un tránsito
hacia tu eco dormido,
hacia aquel cerro virgen que un día fuiste.