Ya cae el sol sobre la línea roja del horizonte.
Ya oscurece el laberinto de nubes que lo siguen
Como a divo heleno en plena desnudez.
Se trasmiten el blanco, el rojo y el negro
En abanico cromático a mis ojos.
Y tú, mañana, no vas a verlo.
¿Qué plegaria usar
para pedazos de vida como éste
donde duele respirar tu pronosticada ausencia?
Para alguien que ya se fué sabiendo que se iba.
ResponderEliminarHola guapa buenas noches;;;
ResponderEliminartriste pero muy bonita,,
besicos y a pasar buen fin de semana
Cuantos atardeceres perdidos por no darnos cuenta.Cuanta belleza desperdiciada por no estar atentos.A partir de hoy miraré con otros ojos.
ResponderEliminargracias.Teresa
Alfredo, triste pero real. La escribí hace casi un año y no era un buen momento para mi familia: un pedestal, recio y con el que siempre habíamos contado, empezaba a derrumbarse.
ResponderEliminarMil besos, guapo.
Hola Teresa, gracias a tí.
ResponderEliminarCarpe diem, cielo.
No me creo que tu, con esos ojitos, no hayas apreciado todas las cosas bellas (por fuera y por dentro) que se han puesto ante ti.
Un abrazo tierno.
Prueba cuando puedas a desatar las alas, esas que, lejos de permitir el vuelo libre, oprimen y asfixian hasta convertir todo en masa pesante...
ResponderEliminarUn abrazo, Merche. Sigue, que vas muy bien
¿Alas? Me encantan las alas!!
ResponderEliminarGracias por tus ánimos, Pili.