Andan las horas despacio,
No pueden tragar,
Llevan el llanto en la garganta
Y prefieren acostarse.
Andan despacio y perciben
El sonido de un violín en el páramo;
Saben que el aire desgarró la quimera,
La que aguardaba paciente
En algún roto del alma, colgando,
Peligrosamente viva.
Andan despacio y abofetean
Cúmulos de infestos sueños pasados y presentes
Sin remedio, sin voz,
Sin el tapón que retenía a la esperanza.
Todas las horas del tiempo andan, arrastras,
Tan lentas en su templanza
Que enfermo de dolor inanimado, mudo,
Con el semblante discreto
De una angustia con filo de oro.
Para alguien que se fue pero que nunca dejará de estar.
ResponderEliminarLeyendo tu poema me has trasladado a una situación que me atravesó cuando viví en Barcelona. De aquello escribí el siguiente poema:
ResponderEliminarAscendí las sórdidas escaleras, oscuras
y ante la puerta golpee con fuerza.
Tres cerrojos y una llave
me separaba de tu sonrisa
pero fue la tristeza de tu mirada
la que se escapaba por la ventana.
Sobre la cama desordenada me esperabas
sobre la mesilla dos rosas marchitas.
-Dime un verso- me pides
mientras desnudas tu cuerpo.
-“Que soñando escuché la puesta de sol”-
te respondí y una lágrima se evaporaba.
- La muerte de mi hijo es tu sueño-
se escapa entre los labios
siendo el silencio el que nos arropa.
***
M. B. ejercía la prostitución en su apartamento y en los alrededores del Nou Camp.
Apareció muerta en su apartamento de la calle Nicaragua de Barcelona. Tenía 26 años y era ecuatoriana, se suicidó tomándose un tubo de pastillas. En la mesilla junto a las dos rosas marchitas tenía una foto de su hijo de 5 años ahogado en una piscina de Castelldefels.
La verdad es que con poemas como éste se te deshace el alma entre los versos.Es una preciosidad, Manolo.
ResponderEliminarQue tristezas hay en todas las esquinas del mundo, por favor!!
La persona a la que va dedicado es mi tío Tomás, tú lo conocías bien. Hoy era su cumpleaños.
Mañana tengo que poner algo más diáfano, que nos abrigue un poco el reverso de la piel.
Me voy a tomar un poleo al CISNE.
Un besico.