A veces somos poetas sin escribir ningún verso,
Sin recurrir a la pluma ni al soslayo de lo real;
A veces, sentimos el mundo dentro
Explosionando en nuestra sangre y ocupándolo todo.
Arterias que se llenan de locura,
Venas que arrastran en su trayecto los momentos más lúcidos.
A veces somos poetas sin esa lucidez
En el borrón de lo que se ve por dentro,
En la apariencia de pequeñez absoluta,
En la certeza de esa pequeñez absoluta;
A veces somos poetas sin nombre, sin sentido;
A veces, queremos creer en el vaivén de ideas absurdas
Que bailan, como asustadas, en el otrora oscuro,
Evitando ser burladas, criticadas, zarandeadas.
A veces somos poetas aún sabiendo el final,
O porque somos conscientes de él;
Nos arrugamos en el declive,
Perdemos la esencia de la virtud,
Enfermamos hasta el delirio,
Atravesamos la ruta del dolor,
Nos bañamos en nuestros propios orines, sin percatarnos
Si es que la suerte nos ronda,
Y nos morimos
Como mueren los amores,
Como muere cualquiera que provenga de un nacimiento.
A veces somos poetas en soledad,
Con toda la compañía de comparsas de palabras acuciantes,
Marabunta de desgarros que pugna por brotar
Y no consigue asomarse a un papel en blanco.
¿Quien no ha sido poeta en algún punto de su vida?
ResponderEliminarMe llamo a mi mismo poeta,
ResponderEliminarsólo soy un contador de sueños
y un poco payaso.
Hoy voy un poco nocturna en leerte (lo hago siempre por la mañana) que me anima a comenzar los días locos de trabajo.
ResponderEliminarHoy me ha gustado especialmente, aunque tengo que reconocer que yo nunca he sido poeta, para cubrir ese espacio ya te tengo a TI.
Mi admiración y mi respeto.
Inés
Manolo, ser un contador de sueños es un oficio precioso. No somos payasos, solo hacemos payasadas de vez en cuando...¿si?
ResponderEliminarInés, tu eres poeta desde que naciste, guapa. En el borrón de lo que se ve por dentro o atravesando la ruta del dolor. Como quiera que sea, definitivamente...eres poeta.
Un besazo a cada uno.
Creo que fue José Hierro el que decía que la poesía se escribe cuando ella quiere.
ResponderEliminarCuantas veces nos gustaría cantar al amor, la belleza de un cuerpo, al dolor, la injusticia o un pensamiento maravilloso, reir o hacer reir, llorar y todo se convierte en un murmullo interior que no encuentra el camino para salir al exterior y convertirse en elemento de intercambio. Otras veces los versos estampan un lienzo, eliminan lo que sobra de un bloque de piedra hasta encontrar algo en su interior, aparecen en un regate corto o en un muletazo.
Poetas sin verso, pero al fín poetas.
Me acerco a tu ventana. Necesito leerte. Gracias.
ResponderEliminarBesos dulces