jueves, 24 de febrero de 2011

Aún jugaba a las muñecas


Aún jugaba a las muñecas;
En trizas de barro y hierba surgía alimento
Y el viento, loco, las respiraba.
Aún llamaba a mi madre
Esclava de temores nocturnos agotadores
En parálisis perversa.
Aún lloraba con mocos,
Con infantiles ojos donde no cabían más lágrimas,
Con el dolor sin puertas del que no sabe regresar,
Con el criterio de ocho desnudas órbitas terrestres.
Aún tenía un padre
Que bien pudo ser poeta
Si la lingüística de la calle, de su tiempo, de su pobreza,
De su cárcel cultural se lo hubiese permitido.
Aún no había besado, ni mi deseo de mujer
Interfería en las chanzas cotidianas;
Aún mi cama era virgen,
Virgen preñada de plumas blancas, transparentes,
Sin semen, con semillas de madurez, agobio y ángeles.
Aún se filtraban por mis piernas
Las aguas de la inocencia
En amplia sonrisa abierta a la vida.
Aún mis sueños eran libres,
Y toda yo era libre;
La sensatez era regaliz para mascar,
Y escupirlo, si el sabor arreciaba demasiado.
Aún saltaba, y corría, y podía flexionarme
Desde todos los ángulos de mi pequeña anatomía.
¡Aún…, aún!
Aún soy la misma persona en mi extraña dimensión.

4 comentarios:

  1. Me sigues sorprendiendo, y te sigo descubriendo. (te lo he dicho mil veces).
    Besos dulces.
    Gracias.

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  2. Cuando ya me hayas descubierto del todo...

    ¡no te eches atrás en el menester de ser amiga mía y quererme!

    Besicos.

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  3. La misma persona......
    Y que persona.....
    muakis.

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Las puertas de mi granero siempre abiertas para vosotros