¿Quién eres tu, lindeza, a pedazos de frenesí cortada,
para ampararte, para dotar de estela, bandera y corona
a este ágape del abatimiento?
¿Quién eres y a quién esperas
si pasados los cuarenta, ladrones,
ya nos vamos deshilando, desconchando, amarilleando, entumeciendo?
¿Quién eres? ¿O quiénes somos?
Somos el despertar,
La aurora en su pelo limpio de larvas,
Limpio de lo sucio, limpio de lo impuro,
Limpio de muerte.
Somos leonera caliente, esperanza,
Con truco, discontinua, esperanza;
Somos el ancho del borde donde aguarda sin caerse,
Sin doblarse,
Mientras habla con el sol, con el cielo,
Con el rocío cristalino de la hoja del abedul.
No somos carne;
No somos sangre ni linfa que drena;
No somos ojos que miran, pero vemos;
No somos corpúsculos, ni pueden rozar nuestra epidermis.
Somos existencia, somos luz,
Somos regazo, cuna para su descanso...
Los cuarenta...que ladrones.
ResponderEliminar¡¡¡Y los 50.....más!!!
ResponderEliminarAunque parezca que el alma se endurece,yo creo que somos espíritus desnudos a los que la vida en su baile firme nos ha ido rasgando "las vestiduras".
¡Cuántas cosas quisiera poder detener, y entre lágrimas y risas contestarme: ¿quién soy?!!.
Me ha gustado,como todo lo tuyo.
Besicos
Maryxel.
Maryxel,esto continúa pero me ha parecido mal ponerlo todo seguido, así que la iré poniendo por partes.
ResponderEliminarMe encantaría transmitir un poco de luz o de esperanza con estos versos. Un besazo, guapa!!
Mejor ser quién , y no qué.
ResponderEliminarEn el quién, hallas respuesta.
En el qué, solo eres cosa.
Cosa, cosas, grndes cosas.
Al fin, rotas, Como rosas, pero cosas....