sábado, 16 de abril de 2011

Me cuesta


Me cuesta portar el hato de trigo a la espalda,
Y mirar como los cirros pasean sus largas colas,
Y me cuesta estar sola,
Y pensar en mañana,
Y más, en pasado mañana,
Y, como me cuesta, agostar las sombras...
 Y querer,
 Y tomar la sopa caliente del plato,
Y escuchar el son del otoño,
Y aún, del despojo del verano.

Me cuesta recordar los cipreses cantarines,
Y abrumarme con insaciables gusanos de odio,
Y estrechar su ilusorio pecho,
Y cantar ahora que no hay música,
Y abrir los ojos cuando el sol inunda mis pestañas.

Me cuesta no ver el mar
Y no respirar el salitre de su boca,
Ni de su prolongado cuello empapado de destino.
Me cuesta vivir, costilla ignorante,
Sin el recio anclaje de su cuerpo. 



6 comentarios:

  1. Cuando ves a alguien triste, sabes lo que le cuesta seguir al frente de la vida.
    Un beso a todos los que lo estén pasando un poco regular.

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  2. Pero siempre encuentro
    la caricia de tu pluma
    el sentir sincero
    de tus alma
    Y el fuerte abrazo
    de tu risa
    que escondida
    encuentro en tu palabra.

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  3. Un beso también para tí, guapa.

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  4. Yo tengo dos guardianes
    En la puerta de mi casa
    Son árboles milenarios
    Que la tienen custodiada

    Son cipreses, ¡tan hermosos!
    Hasta el cielo van sus ramas
    Buscando la luz del sol
    Erguidos, ¡como dos lanzas!

    - ----- -

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  5. Hola Roxy, tu alma y mi alma siempre paralelas.

    Árbol, no había leído este poema nunca. En realidad, lo de los cipreses me atrae bastante, más que como árboles por el simbolismo que poseen.
    Me tienes un poco intrigada.

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Las puertas de mi granero siempre abiertas para vosotros