viernes, 18 de septiembre de 2015

En el reino del vacío






                                                                                         
Sentada en el canto de un misterio,
sujetando vísceras ciegas
en este momento de sinrazón
descubro la luz difusa de mis intrínsecos manglares.
En el severo claroscuro de la mente,
                                         de una clarividencia trémula de azar,                                        
me hallo con la sonrisa tendida hacia ti
y alargo el báculo sagrado
 con la única meta de alcanzarte.
A hurtadillas, tímida,
me revelo mujer en cualquier instante,
en cualquier universo tardío
y acabo, como ya es costumbre,
anclada al hábito de tus inertes apéndices..
Mis susurros se pierden definitivos
en la amplitud de tus frecuencias
y en ese gas denso, trabado,
 que brota inverosímil de tu pecho
mientras respiras nada en el reino del vacío. 

M/M