viernes, 17 de julio de 2015

Entre sábanas y crepúsculos



Me estalla en la frontera límbica
la pasión de tus ojos negros.
El pericardio, loco,
incendiado como yesca irracional
va aturdiendo mi raída cognición.
Y tus manos, insistiendo en arrancarme
los restos de un soterrado candor,
arrojan lujurias sin nombre
hasta mi vientre pagano.
Columpio, sobre tu aliento de hombre dulce,
mis venas más osadas
que, instintivas, fluctúan libres.
Y mientras hoy conquisto tu noche,
mi savia exaltada se torna susurro
rendida a tu narcótico tacto.
Sin remedio, voy cayendo invertebrada,
medusa cristalina,
en un lascivo estado de liquidez,
presa de tus labios húmedos,
de la curva violenta de tu espalda,
de este nirvana carnal
emplazado entre sábanas y crepúsculos.
M/M